Es lo contrario a la inflación. Hay una baja en los precios de los bienes y servicios que puede ser causada por una baja en la demanda. Consiste en la caída generalizada del nivel de los precios de bienes y servicios que conforman la canasta familiar.

  • Aceite y grasas.
  • Artículos de aseo y cuidado personal.
  • Artículos de limpieza y accesorios domésticos.
  • Azúcar, café y bebidas.
  • Carnes de pollo, cerdo y res.
  •  Frutas y verduras.
  • Lácteos y huevo.
  • Pan, tortillas y cereales.
  • Pescados y mariscos.
  • Salchicheonería.

Cuando hay mucha demanda sobre un bien, el precio sube, al igual que si hay poco productos de dicho bien en el mercado, pero si la demanda de ese producto es baja, el precio decrece.

Si los precios continúan bajando, habrá cada vez menos demanda, ya que los consumidores esperarán a adquirirlos cuando el costo sea todavía más bajo.

Pero hay que tener en cuenta que los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir sus costos, si no tienen ventas buscaran las forma de generarlas, una de las maneras es bajar los precios.

Si no hay compras y se produce la deflación se causa que no haya circulación de dinero, lo que afecta directamente a las empresas ya que no pueden afrontar los costes fijos.

Una de las políticas para afrontar la deflación es la monetaria, la cual implica bajar el costo del dinero, devaluarlo, esto genera que los precios se mantengan o suban en comparación al valor monetario y la gente vuelva a consumir.

Maria Tania Reyna Sanchez